jueves, 20 de octubre de 2011

Sembremos disidencia

Esta semana ocurrió lo inesperado: El departamento de Lenguas nos citó para preguntarnos qué opinábamos de todo lo que está pasando. El circo estuvo entretenido. Entre los profes unos encararon la diplomacia, otras se empecinaron en exigir su derecho a hacer clase y terminar el programa al pie de la letra, otras muy valientes se declararon en asamblea permanente y se escucharon por allí y por acá lo que ha servido eso de estudiar "la hegemonía el poder y la cultura" para  analizar la ley 30 en el contexto histórico y actual. Hubo incluso profes de propósitos quijotescos que solicitaron abrir el salón para leer artículo por artículo y discutir la Reforma de la ley 30. Eso si sobre semántica poco, poco, se habló. Así fue que nos enteramos que los profes de nuestro departamento no están en asamblea permanente, no están viniendo, no saben no responden. Pero eso puede cambiar mañana pues dicen las lenguas cercanas, se van a reunir todos.
Del otro lado, del nuestro, también hubo de todo un poco. Voces acaloradas, afónicas, silenciadas. Un "No" al desbloqueo, propuestas de itinerancia, otras de desidia. Y con todo ello descubrimos para el asombro de muchos, que pese a que este paro ha significado horas de Face, paseitos, caminatas y pachangas, horas extras y sueño para soñar sin límite, somos muchos pero muchos los que queremos hacer algo con las palabras. El miércoles (ayer no mas) nos reunimos uno de esos parchesotes que quedó flotando por la UPN y después de deliberar y deliberar y deliberar decidimos hacer una metodología de trabajo muy sencilla (saber que decidirla fue cosa harto complicada). Semanalmente se proponen un par de programa-acciones y el que quiera unirse a ellas pues que se suba al bus.
Se propusieron debates, foros, intervenciones en la ciclovía, mesas de estudio, performances, panfletos, volantes, arengas, chicles, charmes, de todo. La información la estaremos rotando en este blog y me imagino que por el Face.
Por ahora (mientras llega la programa-acción de lenguas) los invitamos para que mañana a eso de las 3 pm frente al A sembremos disidencia. La actividad de encuentro pensada consiste en traer una planta de la tía, la abuela, la vecina o el vivero y sembrar en uno de los jardines baldíos de la Universidad nuestro jardín (estaría bonito ponerle un letrerito). De paso prepararemos una agua de panela para las tardes lluviosas e invitaremos a los que quieran a que se unan a escuchar o leer poesía  als 5 pm frente al P "Palabras bajo el ocaso". Actividad que organiza el tercer encuentro de poesía Universitaria.

Así que ¡A prender fuego a este paro! No olviden que el viernes en la U es una rumba... y traigan la bota pantanera, los guantes, el paraguas y las ideas.!!!

Nos esperamos!!!

4 comentarios:

  1. Está muy chévere la propuesta. Yo me apunto para el flash mood ese!

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  2. http://www.legis.com.co/BancoConocimiento/T/toda_la_informacion_sobre_la_reforma_a_la_ley_30/toda_la_informacion_sobre_la_reforma_a_la_ley_30.asp?Miga=1&CodSeccion=25

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  3. Sobre el texto "Sembremos disidencia" quisiera aportar algunos elementos para la reflexión:
    - ¿Quién dijo que declararse en asamblea permanente es valentía? ¿O que no hacerlo es cuestión de cobardes?
    - Muchos de los profesores del Departamento de Lenguas se presentan en la UPN-calle 72 y no es que no sepan o no respondan (¿respondan qué o a qué o a quién(nes)? Como podría ser legítimo el bloqueo, también puede serlo el no unirse a él, eso es un DERECHO inalienable. No es porque yo esté en paro, en bloqueo o huelga de palabras caídas que tengo derecho a obligar a los otros a hacer lo que yo deseo (o que alguien más desea).
    - Es claro que como en todo grupo humano -y más en lo educativo, en lo educativo- existen aquellas personas que encuentran en estas situaciones que vivimos la mejor oportunidad para hacerse más invisibles que nunca. Pero no todos los que asisten a un paro, a una manifestación, a una protesta, a un bloqueo, a clase... tienen el argumento más importante (¿Importante para qué o quién?).

    Mis posibles acuerdos con un bloqueo no me dan autoridad para alienar o para juzgar a los otros como algo que no quisiera para mí. Pero como en estos tiempos todo es posible y todo vale, quizá todos estemos equivocados: los que paramos y los que no, los que piensan y los que no lo hacemos, los que dicen que hacen y no hacen lo que dicen.
    Eso sí, una mirada justa y razonada a o que somos unos y otros y otros suena hasta necesaria.

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  4. ¿En estos tiempos todo es posible y todo vale?

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